La ‘política de verdad’ es la que se hace cuando se está de paso en ella. Yo creo firmemente que es una etapa de tu vida, tú puedes decidir cuál, en la que debes servir a los demás, en la que debes dedicar tu tiempo a hacer mejor la de los demás; pero nunca ha de ser tu profesión o, al menos, no debes sentirla como tal.
La política de vocación es esa que surge de la necesidad social del individuo, de sentirse parte de una comunidad a la que quiere servir para mejorarla. No he citado la palabra profesión, o la palabra sueldo, o dinero, aún.